El cine venezolano ha crecido mucho, y las últimas películas que he visto tales como" Azul y no tan Rosa", "La Casa del Fin de los Tiempos", y "Papita Mani Tostón" son prueba de ello. Esta vez fue el turno de "Pelo Malo", una película que me llamó la atención primero por los premios que ha ganado en los festivales de cine y luego por su historia, que gira alrededor de un niño que tiene el cabello rizado.
La película está ambientada en los barrios del oeste de Caracas, y muestra una realidad que muy pocos admiten que existe, o que sabemos que existe pero no la habíamos palpado. Claro está que la película es una apreciación del director, por lo que pueden existir otras realidades más suaves, mas sutiles, mas fuertes y/o más horribles de las que se presentan en la pantalla.
La película nos muestra los intentos evidentes, y en algunos casos casi desesperados, de un niño por llamar la atención de su madre para que le dé amor y afecto, aunado a su vez, de los celos que le tiene a su hermano menor por recibir todas las atenciones y cariños de la madre. Las situaciones de rechazo de la madre hacia el niño son tales, que el niño llega a creer que es por tener el pelo "malo" (rizado) y que su hermanito es querido por tener el pelo liso.
Durante la infancia, los padres deben ser un espejo que refleje la imagen del niño de la manera mas fidenigna posible para que su desarrollo sea normal y sano. Al existir un rechazo de los padres hacia el hijo, la imagen que el niño ve en ese espejo se distorsiona y comienzan los problemas de inseguridad y baja autoestima, porque el niño se desconoce a si mismo. Aunque la película no presenta hechos crudos de violencia física infantil, cuida mucho los detalles para presentar formas un tanto sutiles de rechazo y violencia psicológica que igual pueden llegar a hacer mucho daño en el desarrollo de una persona.
Pero la película también te muestra una cadena de desamor y una muestra de intolerancia: La madre no quiere al niño porque piensa, o está casi convencida de, que el niño es gay y quiere que sea un verdadero varón, lo que la lleva a aplicar métodos que lejos de sanar la situación, solo crearán un gran daño en la mente del pequeño. Esa preocupación de que el niño sea un "varón" está muy ligado con la cultura machista de nuestra sociedad, y del concepto de hombre que tienen muchas mujeres que vienen de familias disfuncionales como en el caso de la madre, que no se siente querida como mujer, y quizás en su momento, tampoco se sintió querida cuando fue una niña.
El final de la película, luego de volverlo a pensar, está muy bien para la historia que presenta, pues nos muestra a un Junior con la mirada perdida que renunció a su propia identidad por tener el amor de su madre. Allá afuera hay muchos niños que no fueron queridos por sus padres, no tuvieron a nadie que les diese afecto, y que de no tener la oportunidad de revertir ese daño, el día de mañana serán hombres y mujeres que vivirán presos de los problemas de su pasado: Hombres mujeriegos, infieles, o que maltratan a las mujeres; mujeres no saben escoger a un hombre como pareja o que son muy inestables; personas que caen en depresión o viven con adicciones a drogas, cigarrillo o alcohol; y en el peor de los casos, se convierten en malandros que puede que nunca lleguen a salir de la violencia.
Queramos o no, esta realidad existe y está allá afuera.
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